lunes, 11 de julio de 2011

un pulpo ¿más "humano"?

Nadie sabe lo que siento. Estoy en un nuevo mundo en el cual no conozco nada. Solo sé que serán seis meses así y que no estoy sólo. Miro a mi alrededor y veo a muchos iguales que yo. ¿Serán cientos o miles? Creo que son muchos más. No sé quién es la que nos cuida y protege, pero siento que la conozco y la amo. Algo me dice que está dispuesta a sacrificar algo sumamente grande por nosotros. Cuando sea como ella, espero poder hacer lo mismo. Son muy pocos los que dedican su vida hacia algo y creo que ella le ha encontrado sentido a su existencia.

Me siento como un campeón. Apenas llevo un par de horas con vida, pero me siento tan bien y feliz. Desconozco mí alrededor, pero sé que es mi hogar. Me da mucha alegría pensar que pasaré los siguientes nueve meses en este lugar tan acogedor y caliente. Solamente escucho los latidos de mi madre y con eso es suficiente. Espero ser lo que ella espera de mí y darle tanta felicidad como ella me lo ha dado en este corto tiempo.

¿Por qué cada día que pasa veo a mi madre cada vez más pálida y débil? Su aspecto luce diferente desde el primer día que la conocí. Ha perdido forma en estos últimos dos meses pero su fuerza no ha disminuido. Tampoco su mirada; es la misma contemplación de amor y de felicidad. Me pierdo en ella cada vez que despierto. Me gustaría que pudiera al menos comer algo para recuperarse, pero sé que en este gran mundo existen muchos peligros y ella no se arriesgaría nunca a perdernos.

En estos últimos dos meses muchas cosas han cambiado. Puedo percibir un gran sentimiento de nervios y preocupación. No he comido muy bien últimamente pues ella ha cesado de comer poco a poco. Me imagino que es parte del proceso de mi hogar, pues a pesar de todo, me siento cómodo y con eso me basta. Últimamente se ha frotado mucho el vientre y siento el calor de sus manos en mi corazón. Es una sensación nueva y cada vez que lo hace me siento el campeón más afortunado del mundo.

Mi hogar es debajo de una roca oscura. A pesar de ser un lugar muy frío, especialmente durante la noche, mi madre nos cubre a mí y mis hermanos sin descanso. Cuando las algas nos invaden ella nos limpia y nos deja como nuevos. Cada día veo a mis hermanos más grandes y fuertes, pero también a mi madre más pequeña y débil. Todavía nos quedan tres meses para ser independientes. Con el poco tiempo que llevo de vida, nunca he visto un amor tan grande y es muy probable que no lo vea jamás. Mi madre es la mejor, mi madre es una heroína.

Hoy fue un día muy extraño, al parecer fuimos a un lugar muy frío y hostil. Ella se moría de las ansias y de los nervios, lo pude sentir. No sé qué es lo que sucede fuera de mi hogar pero estoy seguro que no es algo bueno. Escuché una voz muy insensible y grave y mi madre llorar. ¿Acaso pasa algo malo? ¿Qué fue lo que hice? ¿Es mi culpa que mi madre se sienta tan triste? Quisiera gritarle pidiéndole perdón si le hice algún daño, pero no fue mi decisión estar aquí. Pensé que éramos un equipo, pero al parecer estoy sólo.

Nos falta muy poco para nacer. Me siento cada día más grande y fuerte y listo para las nuevas aventuras. Ella ha perdido total forma y su color se ha desvanecido. Aún así, nos sigue abrazando con fuerza, limpiándonos y protegiéndonos. Sé que me ama y sé que la amo. Esto es suficiente para una vida completa. ¿Pero, qué pasará cuando ya no pueda vivir más? Me pregunto tantas cosas pero al verla a los ojos siento que entiendo todo. Esta es su vocación, su finalidad en este mundo tan cruel y al mismo tiempo tan increíble. Esta es la naturaleza.

Han pasado dos meses desde la primera consulta con el hombre de la voz insensible y grave. Hemos ido más veces y cada vez más seguidas. No logro entender exactamente lo que está sucediendo fuera pero tengo el peor presentimiento. Ella ha empezado a tomar un cierto tipo de medicamento, es muy amargo y me hace sentir mareado y débil. Ya no me siento como un campeón, al contrario, me siento como un huésped sin bienvenida.

Ella ha muerto, se ha desprendido de nosotros y ha perdido el total de sus fuerzas. Su aspecto es como una planta sin vida que se mueve al ritmo de la corriente. Si no fuera por la roca en donde habitamos, su cuerpo estaría muy lejos de aquí. Mi madre nos ha dedicado su vida a mí y a mis hermanos, y muy pronto saldremos al océano para vivir como ella. La primera lección de la vida ha sido que vale la pena sacrificarse por amor y por otra vida: Cuando algo termina, algo empieza.

Al pasar los últimos días me he sentido muy mal y frágil. Me gustaría decirle a ella que la haré feliz, que trataré de no llorar, de no molestarla y estaré conforme con lo que pueda darme. No le pido todo el tiempo de su vida, tampoco su amor. Sólo le pido que me deje vivir y que yo me encargaré en un futuro de sus problemas. Pateo lo más fuerte posible y me muevo para llamar su atención, pero mis fuerzas cada vez son más débiles y no logro hacer nada. Tras un largo y profundo sueño, escucho de nuevo la voz insensible y grave de aquél hombre del cual la primera vez que la oí cambió todo en mi nuevo hogar. Siento un frío insoportable y una vez más le pido a Dios una oportunidad para vivir y decirle a mi madre que nunca quise entrometerme en su vida. Después de este frío, un objeto desconocido y metálico empieza a puyarme. Al haberme encontrado, trato de escapar de él, pero he pedido muchas fuerzas y no me queda nada más que rendirme hacia su voluntad. Quisiera que hubiera sido diferente, yo la hubiera hecho feliz, lo prometo.